La conexión entre el cáncer
gástrico y Helicobacter pylori se fundamenta en la interacción de diversos procesos
dentro del organismo. Cuando esta bacteria está en el estómago durante mucho
tiempo, puede causar una especie de irritación constante en la capa interna del
estómago, lo que hace que se liberen sustancias químicas y pequeñas señales de
alarma. Estas cosas pueden lastimar las células que recubren el estómago. Y si
estas células resultan heridas muchas veces, podrían comenzar a tener problemas
en su material genético, el ADN. Además, pueden tener problemas en ciertos
genes que ayudan a prevenir el crecimiento descontrolado de células, como si
fueran guardianes. Cuando estos genes no funcionan bien, es más probable que se
forme el cáncer.
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